Fréderic François Chopin (siendo su verdadero nombre Fryderyk Franciszek Szopen, pero es más conocido por su traducción del polaco al francés) fue un virtuoso pianista nacido en Żelazowa Wola, en el Gran Ducado de Varsovia en 1810, y falleció en París en 1849, con la sorprendente edad de 39 años.
-EL PEQUEÑO CHOPIN:
Aquí voy a ir contando los episodios de su vida, y para comenzar, iremos a la fecha del 1 de marzo de 1810 en la pequeña aldea de Żelazowa Wola en Polonia, en la fecha del nacimiento de este compositor (aunque su partida bautismal dice el 22 de febrero de ese año, siendo motivo de discusión de la fecha real de su nacimiento).
Padre de Chopin. |
A los ocho años ya llegaba a componer (aunque aún no escribía muy bien y necesitaba ayuda para poderlo hacer) e improvisar, así llegando a dar su primer concierto en el palacio de la familia Radziwill de Varsovia. Con esto comenzó su fama de niño prodigio y recibiendo el nombre de "pequeño Chopin" y tocando en las recepciones de los salones aristocráticos de familias muy importantes, como llegó a hacer Mozart. Lo malo es que desde este entonces comenzó a aparecer los síntomas que hicieron que este virtuoso músico viviera tan poco.
Ya en su adolescencia terminó sus estudios y comenzó a asistir a clases por pate del director de la Escuela Superior de Música de Varsovia. También aprendió a tocar el órgano, además de llegar a mejorar su técnicas gracias a otros compositores.
En 1823 ingresó en el centro donde daba clases su padre y continuó sus estudios en literatura clásica, canto y dibujo. No fue hasta 1824 cuando por vez primera, de vacaciones con un amigo, trató con los campesinos polacos, además de música folclórica. Dos años después, terminó sus estudios en Liceo (centro donde trabajaba el Mikolaj Chopin, padre de Chopin), tomándose un descanso de varios meses con sus hermanas. En noviembre de ese años, inscribió en la Escuela Superior de Música de Varsovia.
Entonces, continuó con sus estudios, pero prefirió dejar de asistir, aunque su maestro le exigía en las materias teóricas. Así comenzó a dar lugar a las características que plantea en sus piezas. Entonces, en noviembre de 1828 fue a Berlín para ir al Congreso de Naturalistas. Aquí asistió a gran cantidad de representaciones musicales, siendo principalmente la ópera, y surgiendo así su interés sobre la misma, yendo constantemente al teatro.
Al poco tiempo de volver de este viaje, ya era muy valorado afuera de su país, muchos compositores y hasta fabricantes de piano pidieron que diera un concierto en Viena, siendo allí, en 1929 su primer concierto fuera de su país natal. Fue muy bien criticado, aunque algunas personas calificaron que "tocaba con muy poco volumen" ya que sus piezas están diseñadas para ser tocadas en salón en vez de escenarios. En 1830, con un concierto en Hasliger, se publicó su primera pieza en el extranjero.
Konstancja Gladkowska |
En 1830 ya era prácticamente famoso en todo el continente, haciendo diferentes piezas para poder fascinar al público y componiendo su Segundo Concierto en ese año, el mismo día en el que hubo un levantamiento en Varsovia, terminando con una gran cantidad de muertes, siendo inspiración para la composición de la famosa pieza de Marcha Fúnebre.
El día antes de irse por toda Europa para aprender más sobre el piano, los amigos de Chopin le regalaron una copa de plata llena de tierra polaca, que, con este recuerdo y el de su último concierto en su tierra, se marchó y no regresó.
-EL INICIO DE LAS ADVERSIDADES:
Tras viajar por diferentes ciudades, llegó al Imperio austríaco, donde no fue muy bien valorado: como dijo en una de sus cartas "El público solo quiere oír los valses de Lanner y Strauss", siendo minusvalorado además de solo llegar a dar dos recitales que no fueron un gran éxito. Esto causó que cayera en ansiedad, además por la situación de su país, por las diferentes guerras que sufría el mismo, y por su familia (todo esto descrito en sus cartas y su diario).
Uno puede llegar a pensar que por los alrededores de 1831 dejó de componer o hasta de tocar: en verdad no fue así. Chopin decidió seguir esforzándose en su carrera, tocando para grandes compositores, además de cambiar a un estilo de música diferente al que hacía.
Ahora vayamos a julio de 1831: Chopin abandona Viena para viajar a Londres por vía París (siendo su primer intento de ir a Italia, pero por la situación política no le fue posible). Pasó por Múnich y por Stuttgart, dejando su huella de virtuoso pianista. Lo malo es que aquí también tuvo otro mal percance: el término del Levantamiento de Noviembre, con la pérdida de Varsovia ante el ejército Ruso; la noticia le originó fiebre y una crisis nerviosa.
Alrededores de septiembre de 1831, Frédérick Chopin llega a París. Aquí conoció a gran diversidad de gente que tenía importancia cultural, además de llegarse a añadir él. Uno de los pianistas más importantes de aquel entonces (Friedrich Kalkbrenner, alias "el rey del piano") decidió darle clases de piano, pero Chopin no se lo tomó a demasiado bien, solo aprendiendo de él un año y el compositor Felix Mendelssohn llegó decirle a Chopin que "No aprenderá nada, además toca usted mejor que él".
Así terminó su gira por Europa, quedándose en París a vez de ir a Londres. En su primer concierto en Francia, en 1832, llegó a deslumbrar toda su capital. Y a partir de ese año comenzó a ganarse la vida como profesor de piano, además de convertirse en un pedagogo, solo haciendo conciertos en pequeños lugares donde solo asistía muy poca gente, siendo en su mayoría artistas. En 1833 se hizo miembro de la Sociedad Literaria Polaca, donando dinero, además de hacer concierto benéficos para la misma. Entre 1832 y 1835 se dedicó a publicar sus piezas, recibiendo hasta por adelantado dinero para publicarlas cuanto antes.
Al decidirse quedarse en París, se llegó a denominar un refugiado político, sin renovar su pasaporte haciendo así que no pudiera volver legalmente a Polonia, invadida ahora por Rusia. Muchos de sus amigos hicieron como el compositor: huir a París para refugiarse de los problemas que habían en su país.
Llegados a este punto, olvidamos al fabuloso "pequeño Chopin", que por culpa de los problemas políticos en su país, y los sociales en otros, además de su precaria salud, vemos en el invierno de 1835 a un enfermo chico de 25 años sufriendo graves enfermedades al punto de pensar que se iba a morir, o de quitarse la vida para ahorrarse sufrimiento.
Aún habiendo superado ese problema, volvió a aparecer en 1836, pero logró pedirle la mano a Maria Wodzińska, que en aquel entonces tenía 17 años, pero el problema vino cuando la familia Wodzińska se enteró de las graves enfermedades del compositor, haciendo así que no hubiera matrimonio.
Maria Wodzińska |
Entonces, tras mudarse varias veces y con el corazón destrozado, además por su grave enfermedad que aparecía y desaparecía, fue perdiendo las ganas de actuar en conciertos, continuando con su dedicación de enseñar piano, que desde su punto de vista le era un aburrimiento porque eran simples niños sin talento que solo iban porque sus padres pagaban por un gran maestro (como describe en su diario).
Un percance algo divertido (para no andar con tanta desgracia) fue un hecho que pasó en el Hôtel de France, en 1836, siendo invitado (por Franz Liszt) a una reunión, en la que conoció a Aurore Dupin, quien, por error (aunque más bien por descaro) "confundió" al compositor por una chica. Afueras ya del hotel, Chopin dijo que Dupin era una antipática.
Aurore Dupin |
Ahora decide Chopin llegar a Londres, dando gran variedad de conciertos, que, a su vuelta, decidiendo hacer una reunión en su casa, se termina enamorando de Dupin (la misma persona que le había llamado chica y dijo que era una antipática), que se encargó de cuidarle hasta su lecho de muerte (aunque el compositor sirvió de figura paterna para los hijos de Dupin, que había tenido antes de conocer a Chopin).
En 1838, tras varios conciertos, siendo uno frente al Papa, el médico de Chopin le recomienda ir a las Islas Baleares, para así poder recobrar fuerzas. En Mallorca llegó a componer la mayoría de Preludios (con un total de 24), donde estuvo con Dupin y sus hijos, que es el mismo lugar en el que le diagnostican tuberculosis, que a muchos médicos les pareció raro porque era una enfermedad muy contagiosa que no habían llegado a padecer ni su pareja ni sus hijos.
Entonces, llegó el fatídico invierno de 1838, lluvioso y perforador para los maltrechos pulmones de Frédérick Chopin, soportando dolencias y su enfermedad. Al paso del tiempo, pidió que le llevaran su piano de París a allí, pero también solo hubieron problemas. La tuberculosis obligó que el compositor volviera a París, teniendo que vender allí su piano que lograron traer, para así poder pagar el pasaje de vuelta.
De vuelta en la capital Francesa, en 1840 llegó a publicar gran cantidad y variedad de piezas. En 1842 comenzó a aparecer su nombre en países occidentales, convirtiéndose en una gran figura en Polonia. En 1845 se apareció otra vez su mala salud, que fue la que le consumió y le terminó llevando a la tumba.
A cabo de 1846, su vida comienza a decaer emocionalmente: sus hijos se vuelven mayores, haciendo que él no se sintiera como un padre y dejando de sentir afecto por su pareja. Dupin, que era escritora, expresa en su última novela todo lo malo que le pasaba con Chopin, haciendo que cuando el compositor lo leía se sintiera completamente identificado.
Jane Stirling |
Al final logró llegar, teniendo que dar clases para poderse mantener, ya que no logró congeniar con Stirling, además de sufrir una gran infelicidad, escribiendo gran diversidad y cantidad de cartas a su amigos y conocidos.
Ya cansado de su infortunio, decide volver a París en 1848. Ya en 1849 se encontraba el compositor demasiado débil como para poder subsistir dando clases, y cuando se dio a conocer la proximidad de la muerte del compositor, gran cantidad de amigos decidieron hacerle continuas visitas. Dupin, con la ilusión de verle, no le fue posible, porque la hermana de Chopin decidió negarle el acceso.
Y ahora para terminar, aunque el compositor hubiera soportado gran cantidad de adversidades, hay que ver el resultado de todo: una impresionante cantidad y variedad de composiciones que cada día sorprende y además de ser un reto hasta para los mejores pianistas de la historia, entrando Frédérick Chopin entre ellos.
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